¿Por qué enseñar la Historia?
Una pregunta difícil de responder, pero el contexto actual de la educación nos señala de antemano; que se enseña para formar y continuar el perfecto funcionamiento del modelo actual
En las sociedades contemporáneas la Historia tiene un papel importante. La Historia es, más que la maestra de la vida, un conocimiento que suele utilizarse como justificación del presente. Vivimos en el seno de sociedades que utilizan la Historia para legitimar las acciones políticas, culturales y sociales, y ello no constituye ninguna novedad.
La utilidad del estudio de la Historia para la formación integral (intelectual, social y afectiva) de los adolescentes. La presencia de la Historia en la educación se justifica por muchas y variadas razones. Además de formar parte de la construcción de cualquier perspectiva conceptual en el marco de las Ciencias Sociales, tiene, desde nuestro punto de vista, un interés propio y autosuficiente como materia educativa de gran potencialidad formadora. El estudio de la Historia sirve en la educación para:
- Facilitar la comprensión del presente, ya que no hay nada en el presente que no pueda ser comprendido mejor a través del pasado. Con ella, la comprensión del presente cobra mayor riqueza y relevancia.
- Preparar a los alumnos para la vida adulta. Ya que le ofrece un marco de referencia para entender los problemas sociales, para situar la importancia de los acontecimientos diarios y para usar críticamente la información, en conclusión para vivir con la plena conciencia ciudadana.
- Despertar el interés por el pasado, lo cual indica que la Historia no es sinónimo de pasado. El pasado es lo que ocurrió, mientras que la Historia es la investigación que explica y da coherencia a este pasado. Por ello, la Historia plantea cuestiones fundamentales sobre este pasado desde el presente, lo que no deja de ser una reflexión y un compromiso.
- Potenciar en los niños y adolescentes un sentido de identidad. Tener una conciencia de los orígenes significa que cuando sean adultos podrán compartir valores, costumbres, ideas, etc.
- Ayudar a los alumnos en la comprensión de sus propias raíces culturales y de la herencia común. No se puede imponer una cultura uniforme en el ámbito planetario a los jóvenes de una sociedad tan diversa culturalmente como la actual.
- Contribuir al conocimiento y comprensión de otros países y culturas del mundo de hoy. Aquí la Historia ha de ser un instrumento para ayudar a valorar a los "demás". Países como los nuestros, que han vivido aislados por razones históricas y políticas,
- Introducir a los alumnos en el conocimiento y dominio de una metodología histórica que se requiere para reconstruir el pasado.
Todos estos elementos conforman un mundo rico en posibilidades formativas, que pueden tomar forma conceptual variada, plenamente coherente con los límites y contenidos de las Ciencias Sociales en el contexto de la educación.
Sugelli Aguirre Cabrera
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